
Wow! O guau, en chileno.
Estaba leyendo los blogs de unas amigas y decidí pasearme por el mio.
Puedo decir que han pasado mil años desde que tomé la pluma y el tintero por última vez. Puedo decir también que sólo fue una milésima de segundo. Y aún así no sería capaz de cuantificar cuánta agua ha pasado bajo el puente.
Puedo decir que han pasado meses desde el último posteo, puedo decir que han pasado segundos, o siglos, horas o milenios; y no sería capaz de explicar lo que ha pasado.
Sí, se está terminando el año, puedo decir que he sobrevivido con relativo éxito a mi primer año de universidad, y es que después de todo, no era tan estratosférica la cosa.
¿Cómo poder enumerar cada cosa que he aprendido, cada persona que he conocido o cada experiencia que he vivido? im-po-si-ble.
Definitivamente me considero una persona más grande, y no sólo en lo físico, sino que también respecto a todo lo que he aprendido, y entiéndase, no sólo lo que enseñan aquellos entes llamados profes, todo lo que la vida me ha enseñado, todo lo que las personas me enseñan a diario.
Me gustaría volver a sentirme satisfecha con lo que escribo, como antes, cuando el estado anímico me permitía hundirme en lo más profundo de mi misma y volver como si nada. Tal vez debería volver a lo de antes, a aquel estado de antes, no hay absolutamente nada que me lo impida, excepto tal vez, por esa pequeña vocecita en mi cabeza que me dice que tengo que seguir. No estrictamente por mi, pero hay que seguir.
Cambio y fuera.